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09 marzo 2012

Salud

Hoy fui a buscar una resonancia de cerebro que tuve que hacerme, dado que hay que ir al control del año (Barros Luco). El pobre neurólogo tuvo que mandarme un mail con las indicaciones para que avisara en el hospital (San José) que necesitaba las órdenes de exámenes de sangre y una resonancia.
Los exámenes salieron mejor que el año pasado (tenía cosas sobre el límite, no explicaré pues no entiendo, soy ingeniero, no médico), pero la experiencia traumante de ir a hacerme una resonancia... ojalá a nadie le pase.
Llegué temprano, el chico de la entrada me pidió que llenara un formulario, lo típico, después me llamaron al exámen, ningún problema, empezó el exámen, el ruido que una piensa que hay una batería a tu lado y los sonidos ayudan a tu imaginación... pensé en una canción, no podía tarearla pues no se puede mover la cabeza (la inmoviliza una señora antes de empezar), después vino lo malo: el contraste.
No sé quién le enseñó al tipo que inyecta eso en las venas, que sólo se puede hacer en el lado derecho, como mis venas son como yo, cobardes, no aparecieron y el tipo decidió pinchar mi mano, reventó la vena y quedó un globo en mi mano, grité, lloré y me indicó que se reventó la vena además, faltó colocar líquido... lo odié!
Mi mano sanó hoy, sin dolor, sólo está la marca de la herida, pero la sufrí después de irme.

El resultado final, que mi madre tradujo a castellano, fue que las heridas en mi cerebro por culpa de la Esclerosis Múltiple, sanaron, o sea, el cerebro está funcionando a su capacidad, algo bueno por hoy, en salud.
Igual debe verlo un neurólogo, ojalá sea así de bueno esto

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